Edith Head

Holly Golightly se deleita ante el escaparate de Tiffany’s

Si hablamos de elegancia y glamour en el cine, la mente se dirige irremisiblemente hacia las actrices de la época dorada de Hollywood. ¿Qué chica no se ha soñado alguna vez contemplando el escaparate de Tiffany’s café y galleta en mano; pero sobre todo, con un espectacular collar de perlas y un exclusivo diseño de Givenchy?

Canta Sabina que las niñas ya no quieren ser princesas, pero… ¿a qué niña no le gustaría exhibirse con alguno de los maravillosos vestidos que lució Grace Kelly en sus películas o en la vida real?

Asistimos tanto en moda como en cine a una tendencia “vintage” que no deja de ser sino una reivindicación de la feminidad. Y es que, -no nos engañemos- lejos de trasnochadas teorías feministas, lo que atrae es lo auténtico. ¿Y qué hay más auténtico en la mujer que la feminidad?

La etiqueta “vintage” prolifera tanto para definir modelos de alta costura, como moda “low cost”. Los últimos estrenos cinematográficos nos remiten al esplendor de Hollywood. Pienso a hora en la recién estrenada en España Mi semana con Marilyn o The artist, que seguramente, cuando este artículo vea la luz contarán con algún Óscar en su haber. O, un poco más alejadas en el tiempo, Un education o Un hombre soltero (2009).

Tippi Hedren en Marnie, la ladrona.

Pero, ¿quién estaba detrás del vestuario de esas películas de ensueño protagonizadas por Audrey Hepburn, Grace Kelly, Tippi Hedren o Kim Novak? Fue Edith Head quien introdujo el New Look Balenciaga-Dior en la meca del cine. Licenciada en Berkeley, profesora de francés en elitistas colegios norteamericanos, aterrizó por casualidad en la Paramount. Fue en 1923 cuando presentó unos bocetos que fueron aceptados por el jefe de departamento de arte de dichos estudios, Howard Greer. Es así como comenzaría su contrato con la Paramount, que se prolongaría hasta 1967, para pasar después a trabajar en los estudios Universal.

Su carrera profesional se desarrolló a lo largo de medio siglo, pero fue en las décadas de los 40 y 50 cuando sus trabajos alcanzaron el máximo esplendor. Diseñó el vestuario de más de un centenar de películas. Nominada en 35 ocasiones a los Óscars y ganadora de ocho por La heredera

Nominada en 35 ocasiones, ganó ocho Óscars.

(1950), Sansón y Dalila (1951), Eva al desnudo (1951), Un lugar en el sol (1952), Vaciones en Roma (1954), Sabrina (1955), Los hechos de la vida (1961) y El golpe (1974).

Su colaboración con otro genio, Alfred Hitchcock, fue de lo más fructífera. Pensemos en Marni la ladrona, Los pájaros o Atrapa un Ladrón. Indudablemente, estas obra maestras de la historia del cine quedan impresas en nuestra memoria también por los magníficos diseños lucidos por sus protagonistas.

Pero si hay una película emblemática de estas dos grandes figuras, esta es Vértigo (1958). Aunque no obtuvo el Óscar en esta ocasión, Head si que estuvo nominada. Aún así, Vértigo es considerada por los críticos como una de las 100 películas imprescindibles de la historia del cine. Si fundamental para el éxito de este filme fue la pericia del mago de la cámara, no menos importante es el papel que juega el vestuario de Kim Novak. Incluso su peinado recuerda la espiral del vértigo.

Edith Head con Grace Kelly

Traspasando el umbral de los estudios cinematográficos Edith Head siguió relacionada con actrices emblemáticas como Grace Kelly, Audrey Hepburn, Elisabeth Taylor o Natalie Wood a las que vistió en innumerables ocasiones.

Head supo convertir con sus diseños a las actrices en las mujeres más deseadas. Iconos de elegancia y glamour. Sin duda, su gran mérito es que avanzado el siglo XXI, diseñadores, estilistas y caza tendencias sigan inspirándose en su obra.

© P. Vidal

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